… y 1000

En este día de fecha tan particular se acaba el proyecto más grande (en volumen) en que me metí con la Mágica Web. Fueron exactamente mil fotos, publicadas a razón de cinco por día desde el 19 de noviembre de 2005.

A esta altura tal vez valga la pena decir que estas fotos, tanto o más que tomadas, fueron encontradas. La idea, desde el comienzo, fue así:

Tengo una cámara digital que produce imágenes de 2048 por 1536 píxeles. Con esa cámara, desde junio de 2003, saqué miles y miles de fotos, muchas de ellas en la calle, apuntando más o menos al azar, desde el pecho o el estómago. Las fotos están en carpetas de mi computadora, organizadas por fecha. El 19 de noviembre elegí una de esas carpetas, abrí la primera foto, la amplié hasta ver cada píxel, la miré a través de una ventanita de 400 por 300 píxeles, la recorrí hasta encontrar en esa ventanita algo que me gustara, y guardé el resultado. Luego abrí la segunda foto, miré por la ventanita, recorrí, guardé. Tercera foto, ventanita, recorrido, save as. Así hice con cada una de las fotos de la carpeta, hasta que se terminó y empecé con otra. De esta manera, cada foto de las mil es en realidad un pequeño fragmento, apenas el 3,81 por ciento de una foto completa.

A lo largo de las mil fotos pasé por varias carpetas, pero dentro de cada carpeta fueron muy pocas las imágenes que salteé, y eso sólo en casos en que la temática se me hacía demasiado repetitiva. Ninguna de las fotos está retocada. Una sola vez hice trampa: usé un fragmento algo mayor, y lo reduje a 400 por 300 (se nota en la textura de los detalles; ¿alguien podrá descubrir cuál de las mil es?).

Este método dio una gran diversidad de estilos, de calidades (sea cual sea la definición que se le dé a la palabra), y de sorpresas (¡las cosas que se esconden en una foto digital!). Pero sobre todo fue una gran diversión, a costa de la paciencia de quienes suelen visitar este blog.

Si la Mágica Web se atuviera a un estilo, un género, algo más o menos regular, diría que ahora volvemos a nuestra programación habitual.

Author: Eduardo Abel Gimenez

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