Cuando tocan bocina

Cuando tocan bocina creen que nadie los puede identificar detrás de los vidrios oscuros, los lentes oscuros, los autos oscuros, con las manos fuera de la vista, escondidos en metal, poderosos por préstamo. Que uno piensa que es el de adelante, el de atrás, el de otro lado, el de ese autito blanco que no avanza. Pero yo los reconozco, los veo claramente, y si son más de tres que tocan juntos la bocina activo el rayo putrefactor que los convierte en almejas de otra década, medio hundidas en el asfalto, ahí donde ahora mismo va a pasar ese camión de la basura cubierto de barro pegajoso.

Author: Eduardo Abel Gimenez

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