Gestos

[9/6/2002]

El ceño fruncido, las cejas enojadas, la frente con arrugas pensativas, el rostro adusto de tanto prócer en los cuadros no se deben a la firmeza de carácter. Se deben a la presbicia, que obliga a hacer esos gestos cuando uno no tiene los anteojos para leer.

Author: Eduardo Abel Gimenez

Dejá una respuesta