Categoría: 6. Mis libros

Presentación de libros: Mis días con el dragón

Como se puede ver, escribí el segundo de estos libros (contando de izquierda a derecha), Mis días con el dragón. Se presenta el 2 de marzo a las 18:45 en la Sala Augusto Cortazar de la Biblioteca Nacional. Después voy a poner algo más por aquí.

Mis días con el dragón es el tercer libro mío que aparece en pocos meses, luego de La Ciudad de las Nubes y El viajero del tiempo llega al mundo del futuro (que también llega en estos días). Nunca tuve una racha de publicaciones como esta. Escribí los tres durante 2010 y 2011.

El viajero del tiempo llega al mundo del futuro

Está llegando, y trae dibujos maravillosos de Fernando Calvi.

Atinadamente, la contratapa advierte: “Pablo, un estudiante de física, queda encerrado por error dentro de una máquina del tiempo a medio construir y viaja a 1950. Cuando logra regresar al año 2012 descubre con asombro el mundo del futuro… ¡tal como lo imaginaban sesenta años atrás! Allí lo esperan muchas sorpresas, y hasta una doble de la chica que le gusta.

Esta novela combina y descombina el tiempo, el espacio y la materia en una aventura atrapante.”

Cuando el libro esté disponible, voy a poner más. Por ahora, un saludo del perro-robot de la contratapa:

La Ciudad de las Nubes

Qué cosa: a esta altura de mi vida, y nunca había publicado un libro de cuentos. Pues bien, acaba de llegar mi primer libro de cuentos, La Ciudad de las Nubes, publicado por Edelvives en la colección Alandar. Son doce relatos cortos que retoman deliberadamente temas clásicos de la ciencia ficción.

Estoy muy contento. Y también muy agradecido a la editora, Laura Giussani, y a la directora de arte, Mariana Valladares. Y especialmente a Gabriel, mi hijo, que iba leyendo (y aprobando) los cuentos a medida que los escribía. A él está dedicado este libro.

Otra reseña de Como agua

En Había una vez, revista chilena de literatura infantil y juvenil, Gonzalo Oyarzún escribió una hermosa reseña de Como agua.

“Pero a veces también aparecen libros, apenas visibles, como para pasar inadvertidos entre los demás libros. Libros así, como casi nada. Libros que, a no ser que una amiga te los obsequie como regalo de pre-cumpleaños, ni siquiera te permiten escribir esta columna. Justo hablo de uno de esos libros. Libros que no lees, sino que te suceden. Libros que no pasan, sino que se quedan. Libros en los que te sumerges y no sales sin que te mojen.”

El hilo

¡Nuevo libro! El hilo, con imágenes de Claudia Degliuomini y textos míos. Publicado por Libros-álbum del Eclipse, colección que dirige Istvan Schritter. Dice la contratapa:

“El capitán del barco fuera de tiempo, el hombre que arregla ascensores, la noche que espera sentada, la soledad obediente… a todos enhebra el hilo para convertirlos en algo distinto. ¿Hilo narrativo? ¿Hilo conductor? Lo sabremos al final. Las acuarelas de Claudia Degliuomini y los textos de Eduardo Abel Gimenez se cosen en un entredós: mínimas historias que bordan otra historia, la que el libro oculta (¿o devela?).”

Más (y mejores) fotos, en el blog de Claudia.

Reseñas de Como agua

Es un placer leer lo que otras personas escriben sobre lo que uno ha escrito. Lo que es más cierto todavía cuando se trata de Como agua, el libro-álbum que hicimos Cecilia Afonso Esteves y yo, y que publicó Libros del Eclipse en 2009. La razón es que Como agua no tiene nada de lineal o inequívoco, es un libro hecho para despertar ideas, un llamado en la oscuridad para el que cada uno puede tener una respuesta diferente.

Allá por mayo apareció en Imaginaria una reseña de Como agua escrita por María Teresa Andruetto. Fragmento:

“Los libros de poemas son aves extrañas en el universo de la LIJ, tal vez porque en ellos se ve más que en ningún otro género cómo las palabras se desvían de la referencia, se distraen de lo inmediato y de lo utilitario, se ponen a ‘hacer otra cosa’. Así, un libro en el que habite la poesía, resulta inútil para toda demanda que no sea la de internarse en los pliegues del lenguaje, que no sea la de dejarse llevar uno mismo a sentir y a pensar.”

Ahora encontramos otra reseña en el blog poeticasinfancia, firmada por Melisa. Fragmento:

“A través de la prosa poética y de las imágenes sensibles, que nos rodean con sus colores tenues, podemos iniciarnos en la búsqueda íntima del sentido, volviéndonos universales, solitarios, simples como el agua. Pero esta búsqueda se inquieta y se tensa, porque apela y necesita un lector capaz de insertarse en una actividad de desciframiento y construcción. Son los lectores quienes deben reescribir con su lectura lo que proponen los autores. Sólo así, el libro álbum se completa, saliendo de sus páginas y retomando con el pulso del lector.”

Desde este rincón, nuestras gracias a las reseñadoras. El libro ya no es sólo el libro, es el libro más las lecturas que recibe.

(Foto por Cecilia Afonso Esteves.)

Obediencia

[15/1/2003]

Señaló con el dedo un punto vacío del horizonte y empezó a caminar. Obediente, la soledad lo acompañó.

[15/1/2013]

El séptimo de los textos que se abrieron paso hasta El hilo, el libro que hicimos Claudia Degliuomini y yo.

Los anteriores están acá.

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Cierra la puerta

[4/1/2003]

Cierra la puerta de su casa con llaves, cerrojos, candados, para que nada salga.

[4/1/2013]

El sexto de los textos que se abrieron paso hasta El hilo, el libro que hicimos Claudia Degliuomini y yo.

Los anteriores están acá.

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Escalera impar

[23/6/2002]

Subiendo los escalones de a dos en esa escalera impar, pasó de largo y quedó para siempre quince centímetros por encima del piso.

[23/6/2012]

El quinto de los microcuentos que se incorporaron a El hilo, el libro que hicimos Claudia Degliuomini y yo.

Los anteriores están acá.

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Hundirse

[8/6/2002]

Ese capitán no pensaba en hundirse con su barco, sino en que su barco se hundiera con él.

[8/6/2012]

Este es otro de los micro (muy micro) cuentos que se abrieron camino hasta llegar a El hilo, el libro que hicimos Claudia Degliuomini y yo. Antes aparecieron otros tres en MW+X: dos acá, uno acá.

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