Séptimo

Estaba, no estaba, estaba, no estaba.
Alucinación reptante.
Materia oscura reptil.
Siempre en el borde del ojo, a punto de irse.
Y el cielo, nada.

Sexto

Lo encontró el telescopio Hubble, una mañana de invierno.
Lo de la mañana de invierno fue un agregado del operador que lo descubrió en las fotos.
En el Hubble no hay verano ni invierno.
Tampoco le llaman la atención las cosas que ve.
La atención, o la sorpresa, son humanas.
Además del invierno y el frío, había niebla.
Las calles estaban húmedas.
Al operador humano le faltaba un café y, se dice, varias horas de sueño.
La vida es difícil en todas partes.

Quinto

De entrada creímos que era de papel, un barrilete iluminado quién sabe de dónde.
Después nos dimos cuenta de que era demasiado grande, que una montaña no bastaba para ocultarlo.
Fue y vino a gusto por el cielo durante buena parte de la noche.
Si generó alarmas en el ejército o la fuerza aérea, no nos enteramos; mejor, seguramente.
De vez en cuando caía en picada y se comía un árbol, o una casa.
Quedó claro que no distinguía bien, o no le importaba.
Se fue justo antes del amanecer.

Cuarto

Nos invitaron a subir y dar con ellos la vuelta al mundo.
Pudo más la cordura.
Maldita cordura.

Tercero

Se quedó ahí, en el aire, ondulando como un barrilete.
El ruido del motor espantó a los pájaros.
El piloto debía estar informando sobre nosotros, pero no podíamos oírlo.
Pablo trajo el fusil y apuntó.
Yo me tapé los oídos.
Las estrellas, como de costumbre, se movían tan despacio que ni nos dábamos cuenta.
Pablo no quiso disparar, o no pudo.
La visión se deshizo en una bandada de pájaros de colores que salió volando hacia el sur.

Segundo

Ocupaba un cuarto del cielo nocturno.
Parecía vivo, pero dormido.
De vez en cuando un agitarse de miembros nos hacía pensar que tenía pesadillas.
Lo acompañaba esa sombra que acabó inquietándonos.
Pensamos en llamar a alguien, una autoridad, un especialista, alguien, pero no supimos a quién.
Terminamos cerrando la puerta para tratar de ignorarlo.
Después de todo, nos dijimos, seguramente estaba lleno de aire.

Primero

Estuvo un rato entre la luna y nosotros, inmune a los perros que ladraban, al chisporroteo eléctrico sin origen, a la discusión de los vecinos.
Se nos ocurrió que esperaba algo, así que también esperamos.
No pasó nada.
Al final se fue despacio, sin gracia, hacia el río.
Nos dejó gusto a poco.

Camaleón

CAMALEÓN. Es un animal parecido a un lagarto, aunque de cabeza mas gruesa, y ancha; tiene cuatro pies, cada uno con tres dedos; la cola larga, y llana, y se afirma con ella a las ramas de los árboles, no menos que con los pies; su movimiento es muy tardo, y grave; desde el pescuezo a la cola levanta una esquina en medio de la espalda; la piel es erizada, y encima de la cabeza tiene una especie de cresta, y dos pequeñas aberturas, que le sirven de narices; pero no tiene orejas; los ojos grandes, el iris de ellos de color de gamuza, con un cerco dorado; la lengua blanca, y de diez líneas de longitud, aunque la alarga, y acorta como quiere; asimismo es redonda, y llana por el fin, donde está abierta, y con alguna semejanza con la trompa del elefante, por lo que algunos le llaman trompa. Las partes interiores, como corazón , bazo, etc., aunque algunos las han negado, se encuentran en las disecciones, como también el que tiene carne, y sangre, aunque Aristóteles lo negó. Asimismo se engañaron los antiguos, que dijeron se mantenía del aire; pues lo primero, se le han hallado varias moscas en el cuerpo; y lo segundo, habiendo ido yo mismo a ver uno, que habian traído de Orán a la calle de Alcalá en esta Corte, le puse por curiosidad cerca de una mosca, y sacó allí en mi presencia su lengua, y enredada la mosca en su jugo glutinoso, la tragó, a vista de todos los de la casa en que estaba, que afirmaron no haberle visto comer hasta entonces; la magnitud de este era como de una cuarta de largo, aunque los hay de diversas, el color amarillo, y le variaba, tomando algunos colores de los que se le ponian delante; y no todos, por tener aptitud para reflejar la luz de unos, y no de otros. En la calle de Atocha vi este año de 1765 otro, cuya piel era como una lija fina, y le habían sacado unos huevos, que tenían bastante semejanza con los pequeños, que se hallan en las gallinas. Hoy tengo un camaleón en mi pequeño gabinete, y no se distingue del que describimos al principio sino en que en cada pie tiene cinco dedos, y no tres, como allí se dice, según la descripcion del Dicc. de Trev. acaso se equivocan los que la dieron, pues la naturaleza no muda tan fácilmente de sistema; también se equivocó Plinio dándole solo en la India.

Esteban de Terreros y Pando, Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina e italiana, Madrid, 1787. (Imagen tomada de Internet Archive).

Cisne

CISNE. Ave acuátil, mayor que el pato. Dícese que el cisne canta con voz muy sonora cuando está para morir pero este es uno de los errores populares y siguiéndole, consagraron a Apolo, como a Dios de la Música, esta ave. Los Poetas se llaman fig. Cisne del Parnaso.

Esteban de Terreros y Pando, Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina e italiana, Madrid, 1787. (Imagen tomada de Internet Archive).

Tortuga

TORTUGA , especie de pez anfibio, y testaceo. En el Marañon hay tortugas de desmesurada magnitud, de modo, que según nos refieren los que las han visto, con solos los hígados de una pueden comer muchos hombres: añaden que se alimentan de hojarasca, y yerbas, y que están seis meses sin comer.
TORTUGA CUADRADA, o tartaruga. Es una especie de tortuga tan grande como la franca, y de concha muy apreciable, no solo por su hermosura, sino por la facilidad de hacerla tomar la figura que se quiere.
TORTUGA FRANCA. Tortuga grande de excelente pescado, y tan saludable como abundante; sirve para refrescar la sangre, y aun para curarse de las enfermedades en una larga navegación; una sola tortuga de estas da hasta 200 libras de pescado, y cerca de 300 huevos muy gruesos, y regalados.

Esteban de Terreros y Pando, Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina e italiana, Madrid, 1787. (Imagen tomada de Internet Archive).